Cuando pensamos en violencia doméstica, solemos pensar en situaciones en las cuales alguien ha sido agredido físicamente por su pareja o familiar. Sin embargo, existen muchas otras formas de abuso en el hogar que pueden ser igual de dañinas. Una de estas formas es el abuso psicológico, que puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo las adicciones.
Las adicciones son una causa muy común de violencia doméstica. Cuando alguien está luchando contra una adicción, es común que se vuelva irritable y violento, especialmente si no consigue su dosis diaria. Esta violencia puede ser dirigida hacia cualquier persona, pero muchas veces se detiene en la pareja o los hijos del adicto.
La dinámica familiar en un hogar donde hay una adicción puede ser muy disfuncional. El adicto puede volverse distante y reservado, lo que puede hacer que el resto de la familia se sienta abandonado y desconectado. Si el adicto es violento, la familia puede vivir en un constante estado de miedo, tratando de evitar hacer o decir algo que desencadene una reacción violenta.
Existen varios estudios que han analizado la relación entre las adicciones y la violencia doméstica. Un estudio publicado en la revista Journal of Substance Abuse Treatment encontró que el 92% de los hombres que fueron arrestados por violencia doméstica habían consumido drogas o alcohol antes del incidente. Otro estudio, publicado en el American Journal on Addictions, encontró que las mujeres que habían sufrido violencia doméstica eran tres veces más propensas a tener problemas de drogadicción o alcoholismo que las mujeres que no habían sufrido violencia doméstica.
La violencia doméstica y las adicciones pueden crear un círculo vicioso muy difícil de romper. Si la víctima se convierte en adicta, se volverá más vulnerable a la violencia y menos capaz de defenderse. Si el adicto no busca ayuda para su adicción, continuará siendo violento y dañando a su familia. Este ciclo puede continuar durante años, haciendo que la vida familiar sea insostenible.
La terapia puede ser un factor clave en la recuperación de las adicciones y la violencia doméstica. Los adictos necesitan buscar ayuda para superar su adicción y aprender maneras saludables de manejar sus emociones. Las víctimas también deben buscar ayuda para recuperarse del abuso y encontrar maneras de reconstruir su autoestima y confianza en sí mismos. La terapia también puede ayudar a las familias a recuperarse y aprender a comunicarse de manera efectiva y saludable.
Las adicciones y la violencia doméstica son problemas serios e interconectados. Es importante que todos aprendamos más sobre estos temas y trabajemos juntos para encontrar maneras de ayudar a las víctimas y prevenir futuros abusos.