Cómo la victimización secundaria puede afectar dramáticamente a la salud mental
Las víctimas de abuso y violencia a menudo sufren de trastornos psicológicos y problemas de salud mental. Sin embargo, no solo la violencia en sí misma puede causar estragos en la salud mental de una persona, sino también la victimización secundaria. La victimización secundaria se refiere a la experiencia de ser revictimizado o traumatizado nuevamente por las personas y sistemas que deberían ofrecer ayuda y apoyo después de una experiencia traumática inicial.
La victimización secundaria puede ser causada por la ignorancia, la negligencia o la falta de comprensión de las personas que interactúan con la víctima después del trauma. Esto puede incluir a familiares, amigos, profesionales de la salud, la policía, abogados y otros profesionales que trabajan con víctimas de violencia y abuso. Cuando las víctimas de abuso son rechazadas o no son creídas, sus experiencias se invalidan y pueden ser retraumatizadas.
Es importante tener en cuenta que no todas las formas de victimización secundaria involucran negligencia o desprecio. Incluso las mejores intenciones pueden causar daño en un intento por ayudar. Por ejemplo, compartir historias de trauma sin el consentimiento de la víctima o dar consejos poco útiles pueden perpetuar sentimientos de malestar y, en última instancia, causar más daño.
La victimización secundaria puede contribuir a trastornos como la depresión, trastornos de ansiedad, trastornos de estrés postraumático, trastornos de personalidad, trastornos alimentarios y problemas de abuso de sustancias. También puede socavar la seguridad y la confianza de la víctima, lo que dificulta la recuperación y puede llevar a una mayor victimización en el futuro.
Los profesionales de la salud y otros profesionales que trabajan con víctimas de abuso deben estar comprometidos a evitar la victimización secundaria. Aquí hay algunas medidas que pueden tomarse para evitar la victimización secundaria:
1. Escuche activamente: Asegúrese de escuchar cuidadosamente lo que las víctimas tienen que decir. No interrumpa ni haga suposiciones, y tenga cuidado de no invalidar sus historias.
2. Proporcione apoyo emocional: Las víctimas necesitan sentirse seguras, escuchadas y comprendidas. Proporcione un ambiente seguro donde puedan expresar sus sentimientos y preocupaciones.
3. Trátelos con respeto: Las víctimas merecen ser tratadas con respeto y dignidad. Absténgase de hacer comentarios condescendientes, juzgarlos o culparlos por lo que les ha sucedido.
4. No minimice su experiencia: Nunca minimice la experiencia de una víctima. En lugar de decir, "Fue solo una pelea", pregunte cómo se siente y haga todo lo posible para ayudar.
5. Proporcione información relevante: Proporcione información relevante sobre los servicios de apoyo disponibles y opciones para denunciar el abuso.
En resumen, la victimización secundaria puede tener un efecto dramático en la salud mental de una víctima. Es importante que las personas que interactúan con las víctimas ofrezcan un ambiente de apoyo y escuchen con atención para evitar la revictimización y el retraumatismo. Juntos podemos hacer una diferencia en la vida de las víctimas de abuso.